Revisando las noticias que ha venido publicando últimamente el portal informativo de noticias LGTB dosmanzanas.org, nos hemos encontrado en menos de una semana dos noticias que demuestran de qué lado está realmente la policía en contextos más duros que la happening de corrección política que por el momento vivimos en el Estado Español:
En Miramar, Argentina, un activista LGTB de 17 años, tras recibir alguna amenaza policial, ha sido raptado por tres hombres, uno de los cuales era con total seguridad policía, y ha sido torturado y objeto de amenazas de muerte y diversas vejaciones. Le apagaron cigarrillos en la piel, le cortaron con navajas y le golpearon hasta dejarlo inconsciente y dejarlo tirado por ahí, despertando y regresando a su casa, donde ha encontrado afortunadamente el respaldo de sus padres.
Aquí la noticia en el portal.
El segundo caso ha ocurrido en Lviv, una de las ciudades más importantes de la Ucrania de Kiev, parte del país que reconoce el gobierno de España y con la que tiene relaciones diplomáticas (hasta el punto de arrestar a personas que han ido a combatir en las provincias opuestas el nuevo orden ucraniano en el este). Grupos probablemente neonazis, del entorno del partido ultraderechista Svoboda, han atacado el hotel donde se celebraba el Festival de la Igualdad, que incluye entre sus preceptos y objetivos favorecer la visibilidad y situación LGTB en uno de los países más homófobos del continente. Las empresas de seguridad, preveyendo la llegada de los nazis, con quienes tienes evidentes contactos, situaron sólo cuatro seguratas en la zona, que fueron respetados por los asaltantes. La policía, llamada por los organizadores, no sólo no acudió hasta cuando le dio la gana, sino que no efectuó arrestos, acusó a la organización de provocar todo esto, y escoltó a los agredidos a sus autobuses mientras en cortejo atacante les acosaba un rato más sobre ruedas.
Aquí la noticia del portal.
Y mientras tanto, portales LGTB como el propio dosmanzanas seguirán vanagloriando la buena imagen actual de la policía como protectora LGTB, cuando también en estas mismas latitudes acosan y agreden a personas no heterosexuales. Para nosotras, es un ejemplo más de lo que ocurre si confiamos en uno de los resortes de nuestra opresión, aunque últimamente se vista de rosa y digan ser nuestros amigos. Se porten como se porten, y actúen como actúen, ahora y siempre: