El nuevo Lavapiés progre y diverso que viene fomentando el Ayuntamiento tiene sus límites. Tras campañas autónomas contra el acoso machista en el barrio como No me llamo nena, una vez más la realidad de los espacios que habitamos nos vuelve a dar en la cara: una mujer trans ha sido atacada físicamente por un grupo de machistas en la plaza de Lavapiés. Así lo relata Arcópoli, asociación a la que acudió la agredida y que se hace cargo del roceso:
La víctima, una mujer transexual de más de cincuenta años, atendió a unos chicos que le pidieron tabaco. Al abrir el bolso los varones empezaron a agredirla brutalmente al grito de «tú eres un maricón». Recibió un fuerte golpe en la cara que le ha provocado varios hematomas, y como consecuencia perdió brevemente la consciencia, recuperándola tras haber recibido golpes por todo el cuerpo y encontrarse caída en el suelo.
Tras la huída de los agresores, la mujer fue atendida allí mismo por el SAMUR, que la llevó a un hospital para ser examinada. Se le encontraron varios hematomas y contusiones por todo el cuerpo con pronóstico leve.
En Madrid, además, se estrenó 2016 con una agresión a un gay que volvía de festejar la Nochevieja en el metro de Goya, en el barrio Salamanca, un barrio que en absoluto es amigo de lo no hetero, pero que no deja de ser preocupante que se haya producido este hecho.
Desde nuestra humilde voz no podemos decir otra cosa sino advertir de estos hechos y promover una respuesta desde la base, ya sea a modo de acto público, o a modo de autoorganización para evitar que estas situaciones se repitan. Y la experiencia nos dice que la mejor forma es hacer temer a nuestros agresores en potencia de lo que les puede pasar si nos atacan.
Manual de Autodefensa para «Mujeres» y otras expresiones de género no hegemónicas