La primera vuelta de las elecciones regionales del pasado domingo en el Estado francés ha dado al Front Nationale de Marine Le-Pen sus resultados históricos más altos, con un 42 % de los votos escrutados (bueno, en la mayor parte de los medios han omitido otro dato electoral histórico: un 50 % de abstención). Un punto de inflexión en el país vecino que para muchas es síntoma de la oleada de racismo, machismo, translesbohomofobia y represión que ensombrece cada vez más a Europa.
Las movilizaciones contra la aprobación del matrimonio no heterosexual en 2013, el ataque contra la revista Charlie Hebdo y la última masacre ocurrida el pasado día 13 en París, estos últimos supuestamente reivindicados por la yihad, han dado al FN el caldo de cultivo que necesitaba para desviar el conservador voto francés hacia la ultraderecha y sus valores.
El FN se ha destacado tradicionalmente en su homofobia. Sustituyó a sus guardaespaldas skinheads por discursos más amables con la nación francesa y sus valores blancos, familiares y cristianos por encima de todo, y en una época de conflictividad internacional recrudecida como la actual, esto le da sus frutos. En la primavera de 2013 tuvo participación activa en las manifestaciones homófobas que congregaron a no pocos neonazis, uno de los cuales segó la vida en París del joven antifascista Clément Méric. Con la cuestión reciente, en enero de 2014 el jefe de las juventudes del FN proponía una ley contra la propaganda homosexual en las escuelas al estilo ruso. En julio, Marine Le Pen misma se pronunciaba contra las sanciones a Rusia por parte de la Unión Europea, arguyendo que no se persigue a los homosexuales en dicho país. En diciembre del mismo año, se sacó del armario a varios dirigentes gays del FN, los cuales han seguido sin mayor problema dentro del partido reconociendo dichos datos. Poco después un artículo del periódico izquierdista Libération se hacía eco de multitud de comentarios racistas, islamófobos y homofóbicos de cabezas destacadas del FN en diversas regiones francesas y áreas de poder del partido.
De llegar el FN al gobierno francés, un futuro incierto y preocupante se cerniría sobre las personas no heterosexuales del estado vecino, y no tardaríamos en sentirlo pronto las personas que vivimos en la península ibérica. Pero no sería tanto un futuro plagado de represión extrema, cárceles para gays y asesinatos policiales por doquier como antaño (al menos, en sus primeros tiempos). Los estados han aprendido a regular la homofobia en base a la conformidad de las personas a las que les afecta, y por ello el nuevo discurso de la extrema derecha y de buena parte de la derecha europea, que cuenta con el «progresismo civilizatorio» europeo como estandarte, está más enfocado a la concepción de la homosexualidad como parte de una vida privada que no debe exteriorizarse (lo que implica que legislaciones proLGTB, salidas del armario, colectivos, desfiles / manifestaciones… de eso nada).
Cuando se sacó del armario al número dos del FN, Le Pen se limitó a declarar, enfadada, que «La vida privada es sagrada«. Estos nuevos candidatos al gobierno francés nos reservarán un tolerante lugar para las personas no heterosexuales en nuestras casas, en bares clandestinos y en cualquier lugar que no dañe la moral de una respetable familia heterosexual, pues aunque nos toleren, seguimos siendo portadoras de una peligrosas enfermedad que hace peligrar los cimientos de su sexualmente reprimida sociedad. Y lo peor de todo es que muchos gays, ya sea por una interacción reprimida, ya sea por querer seguir manteniendo los privilegios heterosexuales que les da el armario, han votado y seguirán votando a esta gentuza.
Más nos vale a las degeneradas que amamos nuestra sexualidad y nuestros sentires ir preparando las herramientas de lucha contra el fascismo que nos sobreviene, o nos pillará, como nos pasó hace casi un siglo, en el cuarto oscuro en vez de en la barricada, y nuestro fin terminará en el campo de concentración o en la cárcel, en vez de en libertad o cayendo en el intento con la conciencia tranquila de no haber muerto sumisamente.
Para más información:
Victoria del populismo ultraderechista del Frente Nacional en las elecciones regionales de Francia – Dosmanzanas.org
France: Homophobic and anti-Semitic National Front win elections – Pink News (inglés)
How Marine Le Pen is winning France’s gay vote – The Spectator (inglés)